Estrategia
Este trabajo se enmarca en el programa de Cooperación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) con el Gobierno de Paraguay, por intermedio de la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual, que ha solicitado la cooperación para el diseño de una Estrategia Nacional de Propiedad Intelectual, y es el resultado de la tercera etapa de la consultoría, precedida de las dos anteriores.
Esas etapas consistieron primeramente en evaluar la situación del Sistema Nacional de Propiedad Intelectual, cuyas conclusiones se plasmaron en el Diagnóstico del Sistema Nacional de Propiedad Intelectual del Paraguay, donde se refleja el escenario actual del sistema en relación a su uso efectivo y al conocimiento que tienen sus usuarios principales y potenciales como los sectores económicos, educativos, de investigación, etc. Se trató de un proceso de investigación y recolección de información y consulta con los sectores involucrados, usuarios del sistema, responsables de la implementación de las políticas y referentes del público consumidor, a los fines de evaluar los niveles de conocimiento, ejercicio y observancia de los derechos de Propiedad Intelectual y su rol como potenciador del desarrollo económico, social y cultural. Esta recolección de información fue acompañada del estudio de las áreas de política pública que se posicionan como prioritarias en el PND 2030, sus planes y políticas, entre ellas Agricultura, Biotecnología Agropecuaria y Forestal, Educación, Cultura, Medioambiente, Salud, Ciencia y Tecnología, Energía y Turismo, que pueden ser vinculadas con herramientas de Propiedad Intelectual. Al mismo tiempo, se abordó el marco normativo, leyes, decretos, resoluciones, convenios y tratados, así como otros documentos tales como el Diagnóstico DINAPI 2015, el Plan Estratégico de Fortalecimiento Institucional de la DINAPI a Mediano Plazo – 2015 – 2018, las Estadísticas e Indicadores de Ciencia y Tecnología de Paraguay 2014-2015, el Índice Global de Innovación 2016 y estadísticas brindadas por las instituciones involucradas.
Con posterioridad, teniendo identificados los sectores que han sido considerados clave en la provisión de información para la concreción de la etapa de diagnóstico, se llevaron a cabo las Jornadas de Consulta para la Evaluación del Sistema Nacional de Propiedad Intelectual, con el objetivo de validar los hallazgos de esa primera etapa y recibir aportes, sugerencias y recomendaciones que nos condujeran a la elaboración de la ENPI. Habiendo logrado la participación de los sectores clave, con un elevado índice de asistencia, ya que más de 52 instituciones y organizaciones del sector público y privado enviaron representantes, con la intervención de altos mandos de las instituciones gubernamentales que conforman el sistema, con un rico intercambio de opiniones, experiencias y visiones; las sesiones de trabajo dieron como resultado la validación esperada, obteniendo los consensos de manera constructiva. Las recomendaciones y aportes de las jornadas fueron recogidos, y permitieron reformular los Ejes Estratégicos enunciados en la etapa de diagnóstico y realizar un esquema de las líneas transversales de cada eje.
Transitando ese itinerario arribamos al último paso de la consultoría, que consiste en la confección de una Propuesta para la Estrategia Nacional de Propiedad Intelectual.
Del análisis de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades concluido luego de la instancia de validación nacen seis Ejes Estratégicos que serán los rectores de la propuesta, concebidos como los puntos en los que debe ponerse el énfasis de las decisiones gubernamentales en consonancia con los objetivos que el país se ha trazado para el año 2030 en el Plan Nacional de Desarrollo.
A partir de los Ejes Estratégicos surgen líneas transversales, que para ser concretadas presentan estrategias de acción, cuya implementación se recomienda en el corto, mediano o largo plazo, de acuerdo a la factibilidad de su realización, insumos, infraestructura, recursos humanos e inversión necesarios. Estas fases de implementación comprenden entre uno y dos años el corto, entre tres y cuatro el mediano, y cinco años el largo plazo, que es el término al cual se proyecta la Estrategia Nacional de Propiedad Intelectual.